La vivienda es una de las mejores inversiones del momento. Tiene menos riesgos que los mercados bursátiles y rentabilidades más altas que los productos de ahorro tradicionales. Recordemos que la crisis ha dejado el precio de los inmuebles a un nivel muy bajo y un coste de financiación mucho más asequible. 

No hay producto financiero de bajo riesgo que se acerque a este rendimiento, exactamente, según el Banco de España (BE), la rentabilidad en el sector inmobiliario residencial asciende hasta el 8,3%. Este porcentaje resulta de la suma de la explotación de la vivienda a través del alquiler (4,4%) y de su revalorización (3,9%).

Y parece muy difícil que lo haya mientras que los tipos de interés, el precio del dinero, continúe estancado en el 0%.

Esta situación privilegiada de la vivienda como gran activo de inversión se da por los precios de venta al alza y un mercado del alquiler en crecimiento. Según los expertos inmobiliarios y economistas, estos dos parámetros dan fe además de un mercado residencial normalizado y equilibrado con un doble reflejo.

Primero: el inversor en vivienda ya no compra un piso para obtener rentabilidad en el corto plazo con su venta, sino que su objetivo pasa por arrendarlo y recibir una renta periódica. Y segundo: el alquiler se ha despojado de sus prejuicios históricos, lo que ha provocado que más de un 20% del parque residencial español está sujeto ya a este régimen.

Como no podía ser de otra forma, ante este boyante panorama de la vivienda, tanto los inversores profesionales como los particulares han visto en el patrimonio inmobiliario residencial la mejor cesta para poner sus fondos y ahorros.

Fuente: http://www.elmundo.es/economia/2016/10/28/581219d3ca47418f0b8b4582.html