Da igual dónde se busque: Italia, Portugal, Francia o incluso Alemania… El tipo de interés aplicado a los nuevos depósitos concedidos a las familias es más elevado que en España. Dos avisos por parte de los reguladores para aminorar la lucha por el pasivo a golpe de elevadas rentabilidades -el Real Decreto de 2011, conocido como la Ley Salgado y la advertencia del Banco de España de 2013- y una reestructuración del sector no son los únicos factores que explican que la situación se haya revertido.

La clave de que hoy los bancos españoles ofrezcan un rendimiento menor que sus homólogos europeos por las imposiciones se encuentra, fundamentalmente, en «la bajada de los créditos concedidos, que provoca que las entidades tampoco estén interesadas en captar demasiado dinero porque no tienen cómo rentabilizarlo», Rose Marie Boudeguer, directora del servicio de estudios de Banca March.

La reducción del saldo total de crédito se une el cambio de estrategia de la banca que «es la que dirige el mercado de ahorro e inversión» en nuestro país. «Las entidades se han lanzado a vender fondos y otros productos cuyo margen sobre la cuenta de resultados les deja más dinero y, además, tampoco consumen recursos propios», Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB.

Pese a ello, las familias españolas aún destinan un 40% de su ahorro financiero al depósito, lo que se traduce en más de 761.000 millones de euros. Una cifra superior incluso a la vista en sus años gloriosos.

Fuente: eleconomista.es